domingo, 26 de octubre de 2025

... La IA nos va a embrujar, a esclavizar y va a controlar nuestras vidas.



 
El filósofo y ensayista alemán de origen surcoreano Byung-Chul Han, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025, nos pone frente a un espejo cuando describe la sociedad contemporánea en la que vivimos, sobrevivimos o, sencillamente, corremos. La imagen reflejada no es halagüeña, carece de filtros.
Que falten a clase, que "hagan pellas para contemplar el mundo que les rodea" es el consejo que daba este jueves a los estudiantes de educación secundaria procedentes de varias comunidades autónomas que se sentaron a escucharle, convocados por la Fundación Princesa de Asturias. Esa es, según el pensador, una tarea "mucho más útil".
A juzgar por sus palabras, el obstáculo entre la mirada de los jóvenes y el mundo real no está tanto en las paredes de un centro educativo como el IES Laboral de Gijón que los acogía en esta ocasión, sino en una pantalla dominadora. Byung-Chul Han no llega a declararse en contra de los teléfonos móviles o de las tecnologías digitales, pero subraya la necesidad de hacer un buen uso de ellas. Y detalla los motivos en los que reside la dificultad de lograrlo. Precisamente el jurado le ha concedido el premio por su "brillantez" para interpretar los retos de la sociedad tecnológica.
El problema es cuando se invierten los papeles y en vez de usar la tecnología como lo que es, una herramienta, es ella la que nos usa a nosotros y nos esclaviza", decía. Aludía a la experiencia de la primera revolución industrial, a mediados del siglo XVIII, en la que se crearon máquinas que agilizaron los procesos productivos, pero que también provocaron que el hombre se convirtiera "en esclavo de sus inventos".
La IA "esclavizará a la humanidad"
"Hay que ser muy cuidadosos para no caer en la esclavitud de las tecnologías y hoy nos enfrentamos a la inteligencia artificial, que nos va a embrujar, a esclavizar y va a controlar nuestras vidas", ha advertido. No niega que pueda ser una herramienta útil en algunos campos del conocimiento, pero no parece que, en su opinión, la ecuación riesgo-beneficio vaya a dar un saldo favorable: "tarde o temprano, esclavizará a la humanidad".
La escapatoria está en esa opción de "hacer novillos", y recuperar el "espíritu contemplativo" esencial de los seres humanos, que ha sido anulado por un sistema orientado hacia la productividad y el individualismo, basado en un falso concepto de la libertad. "Este sistema está creando muchas enfermedades neurológicas, como la depresión, y es el mismo sistema el que las privatiza y medicaliza, aunque una política social des descanso podría funcionar, pero si se deja atrás este tipo de sociedad", aventura.
La tecnología no es en su opinión la única responsable de esa falta de conexión con lo más humano, lo es también el actual sistema educativo, al que critica duramente: ha calificado como "empresas neoliberales en las que los alumnos son clientes y los
y los profesores, vendedores"
Si en su obra ha venido dibujando una sociedad apresurada y agotada, condenada a una velocidad ultraproductiva, nos da ahora otra imagen de ella, estabulada. "Nos hemos convertido en ganado. Ganado de comunicación, de trabajo y electoral", reflexiona.
El neoliberalismo y el capitalismo, afirma, "hacen que el ser humano se convierta en un ganado", que "se quede estabulado" y permanezca estable en el lugar "donde encuentra alimento". "Nos acomodamos en el sistema. Podríamos sublevarnos contra este régimen, pero el ganado no se subleva. Tengo la esperana de que colapse el sistema y esto va a pasar pronto", ha vaticinado.
A Byung-Chul Han lo que le "tortura", confesaba ante las cámaras, es la "crisis" que padecen las democracias liberales, tanto en Europa como a nivel global. Lamenta la pérdida de valores y "objetivos nobles", la ausencia de "material simbólico" que, a la postre, es lo que ha puesto en peligro la democracia y el propio liberalismo al dejar a la sociedad "desorientada" y convertirla en pasto de los autócratas y los populistas.
"Esa tendencia se va a acentuar y tiene mucho que ver con la crisis del liberalismo", anticipa el pensador. Las democracias, insiste, necesitan "hábitos, costumbres y virtudes", como la responsabilidad, la confianza y el respeto, porque sin todo ello, correría el peligro de convertirse en un "mero aparato" y los parlamentos, en el "escenario para la puesta en escena de los políticos".
"Una democracia sin comunidad, colapsa"
El filósofo ha advertido también sobre la falsa apariencia de comunidad que crean las redes sociales. Su uso "no genera comunidad, y una democracia sin comunidad, colapsa", advierte. Describe el paisaje de las conexiones virtuales como un mundo en el que las personas están encerradas "en cámaras donde reciben su propio eco". En su opinión, la sociedad se está perdiendo en un "maremágnum de información y comunicación" que "en sí mismos no dan ni sustento ni orientación".
"Ya no tenemos modelos a día de hoy. Tenemos influencers que venden objetos y productos. Pero los influencers, a diferencia de los ideales y los modelos, no nos dan ni soporte ni orientación", añadía.
Respeto y adicciones en sus próximos libros
En Asturias ofrecía el pasado martes la primera rueda de prensa de su carrera profesional, como gesto a los periodistas españoles, cuyo trabajo a lo largo de los años ha hecho que sus libros tengan "buena acogida" en nuestro país. "He aceptado esta rueda de prensa para darles las gracias a todos ustedes. Sin sus artículos, no hubiera sido posible este éxito", decía. Y ha sido en Asturias donde ha anunciado el que será su próximo libro, recién terminado y cuya publicación está prevista para inicios del próximo año en Alemania.
El concepto nuclear de su nueva obra es el ancestral, esencial pero ya casi revolucionario valor del respeto. "Vivimos en un universo en el que no nos respetamos", afirma, y describe la fiereza de las relaciones sociales actuales: las personas se muestran "agresivas las unas con las otras" y ante una opinión diferente de otra, a ésta se la declara como "enemiga". "Nos mostramos agresivos, sentimos resentimiento y odio hacia el otro. Y el respeto es el pegamento que mantiene junta a la sociedad; si no tenemos eso, vamos mal", ha enfatizado.
El filósofo ha comentado que ahora está inmerso en otro ensayo, que cerrará la serie de escritos "críticos" iniciada con La sociedad del cansancio, en el que abordará las diferentes adicciones de la sociedad contemporánea al consumo, a la información, al juego y a las redes sociales "Pensamos que somos libres, pero caemos de una adicción a otra, de una dependencia a otra", ha añadido.


[Premios Princesa de Asturias]

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