jueves, 27 de noviembre de 2025

"... Sentirse reducido"

 


Tiene 99 años y está a semanas de cumplir 100. Y aun así, Dick Van Dyke acaba de compartir algo profundamente triste: “Todos y cada uno de mis amigos de toda la vida se han ido.”


Durante décadas, Dick Van Dyke parecía un hombre que desafiaba el tiempo: el que bailaba como si la gravedad no existiera, el que iluminaba cualquier pantalla, el que hacía reír al mundo sin esfuerzo. El optimista eterno. El artista que convertía la vida en un parque de juegos.


Pero ahora, acercándose al siglo de vida, está mostrando algo que casi nadie menciona: la soledad de vivir más que casi todos tus seres queridos.


En un diario de salud para The Times, habló con una honestidad conmovedora.


“Todos mis amigos más queridos han muerto,” escribió.


“Y se siente tan solitario como suena.”


Imagínalo.


Las llamadas que antes llenaban las noches — desaparecieron.


Las historias que solo sus amigos de siempre recordaban — ya no se cuentan.


Las risas, las bromas internas, las décadas compartidas — quedaron en el pasado.


Dick Van Dyke ha sobrevivido prácticamente a toda su generación.


A quienes lo vieron crecer, a quienes caminaron junto a él por ocho décadas — todos se han ido.


Y él lo siente.


“Es frustrante sentirse reducido en el mundo, física y socialmente.”


Las invitaciones siguen llegando — homenajes, eventos, celebraciones.


Pero ahora rechaza la mayoría.


“Viajar me agota demasiado,” admite.


Las visitas deben ser en su casa.


El mundo aún lo quiere — pero su cuerpo ya no puede seguir el ritmo de su espíritu.


Se describe como “encorvado, lento y tambaleante.”


La vista le falla. La audición también.


El cuerpo que una vez bailó con una ligereza imposible ahora lo limita.


Y aun así, esta historia no es solo triste.


Porque Dick Van Dyke se niega a dejar que la pérdida lo defina.


Y se lo atribuye a una persona: su esposa, Arlene Silver.


Ella tiene 54 años — 45 menos que él — y fue quien lo ayudó a atravesar el duelo después de la muerte de su anterior compañera. Se casaron en 2012 y desde entonces ha sido su ancla.


“Nuestro romance es la razón principal por la que no me he convertido en un ermitaño gruñón,” escribió.


“Arlene me hace sentir dos tercios de mi edad.”


Ella lo mantiene activo, optimista, presente.


Lo lleva al gimnasio tres veces por semana.


Le da motivos para seguir jugando con la vida.


Un director que trabaja con él en un documental por sus 100 años lo resumió así:


“Ellos solo quieren jugar.”


Jugar — a los 99 años.


Ese es Dick Van Dyke en una palabra.


Aun mientras extraña, aun mientras camina en vez de bailar, sigue eligiendo la alegría.


“La mayor parte de mi vida ha sido un abrazo enorme por parte de la existencia,” dice.


“La vida ha sido un parque de juegos.”


Y afirma que todos pueden vivir con alegría.


Ha llegado a los 99, dice, porque se niega a entregarse a la amargura — ni a las pérdidas, ni a los fracasos, ni a la soledad, ni al dolor de envejecer.


“Todo eso es real, pero no dejo que me defina.”


Cuando le preguntaron sobre la muerte — una presencia constante — respondió algo sorprendente:


“Sé que podría irme cualquier día, pero no me preocupa. Tengo la sensación, completamente irracional, de que voy a estar bien.”


Paz. Aceptación. Alegría que resiste a todo.


Dick Van Dyke nos está enseñando qué significa envejecer con gracia, amar profundamente incluso al final, y elegir la luz cuando la vida se vuelve oscura.


El 13 de diciembre cumplirá 100 años — uno de los últimos grandes íconos de la Edad de Oro de Hollywood.


Celebrará sin la mayoría de las personas que lo acompañaron durante décadas.


Pero no celebrará solo.


Está Arlene.


Está su familia.


Están millones de admiradores.


Y está su filosofía de vida:


La alegría es una elección.


El amor puede llegar a cualquier edad.


La vida — incluso en sus momentos más duros — sigue siendo un parque de juegos.


Feliz casi centésimo cumpleaños, Dick Van Dyke.


Gracias por enseñarnos a vivir.


Y a envejecer sin amargura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

... Cuando, callar, puede arruinarlo todo

  "No, no es tóxico decirle a tu pareja lo que te molesta. Tampoco es tóxico hablar de lo que te duele, lo que te incomoda, lo que te h...