No busques.
No marques su número. No revises si está en línea. No te engañes pensando que esta vez va a ser diferente.
Sabe que estás ahí. Que sigues esperando.
Sabe que puede desaparecer, hacerte pedazos y volver cuando se le antoje. Porque tú siempre estás. Porque ya no tiene que esforzarse.
Y mientras tú te rompes por dentro.
Le da igual, si no puedes dormir mirando el teléfono esperando un mensaje que no va a llegar.
No es que no sepa lo que hace. Es que no le importa.
Así que llora. Ya estás en el suelo, no puedes caer más bajo.
No llames.
Haz las cosas cotidianas que tengas que hacer. Grita, sal, lee, camina. Lo que sea menos volver.
No merece estar en tu vida.
Quien te quiere, no te rompe.
_reflexiones_

